viernes, enero 14, 2005

Renuncia a conjuros

Lo sé
no hay palabras que te hagan volver,
no hay conjuros que logren que vuelvas a sentir,
no hay artificios para que tus ojos vuelvan a brillar al verme.

El amor se fue...
se fue a pasear con las tristezas, los rencores y las discusiones no superadas;
en ese paseo se perdió en el bosque del olvido
y enceguecido de pánico decidió quitarse la vida con el último atardecer de abril.

Desesperado una noche salí a buscarlo,
me armé de los mejores recuerdos y seguí la huellas de su dolor;
recorrí el bosque y me guiaron sus más terribles sentencias y al fin lo encontré...
no quiero recordar lo que vi, no soy capaz de hacerlo,
pero como tributo, a sus pies puse todo lo bueno que me acompañaba...
y en vano invoqué dioses, brujas, soles y demonios,
ofrecí sacrificios, lágrimas, corazones jóvenes, palabras suaves, y dulces besos
y a la vida no volvió...

Renuncio a los conjuros
no los volveré a pronunciar
no se volverán a escuchar en la espesura de bosque,
pues ni una sola de mis palabras hará que ese amor que te habitó
vuelva en tus ojos a brillar.



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