jueves, junio 30, 2005

Extrañandote

Sumo los días y las horas
cada segundo es eterno
no estas aca para llenarlos de luz
de esperanza

Te hago el amor en mis sueños
anhelo tu cuerpo en esta cama infinita
te acaricio en mis recuerdos
y vuelvo te beso como la última vez

Tus palabras al otro lado del ordenador,
del auricular, de las letras
no son suficientes
de nada sirven sino estas tu
para abrazarme después de decirlas

Existe la distancia,
existe este dolor
existes tu
y estas ansias de tu cuerpo, de tus besos
de que estes aca conmigo
y dejar al fin de extrañarte

martes, junio 21, 2005

Final en tres pasos

Hojas caen
el viento arrecia
la luz del día llega a su final
y tú no estás.

El cielo no puede estar más gris
y la tormenta no puede estar más cerca
en mi corazón todo se estremece
con este adiós
llueve fuera y dentro de mi alma
las gotas se confunden con las lágrimas que hieren mi corazón
por más que el llanto me envuelve no se va el dolor que has sembrado

Me dejas sumido en esta oscuridad
en esta noche interminable
en este laberinto de dolor
de preguntas sin respuestas
de hipótesis formuladas

Las hojas caen
la oscuridad me rodea
no estas para acompañarme
no sé si alcanzaré la mañana siguiente
no sé si alcanzaré a olvidarte.

miércoles, junio 08, 2005

Caída

Caen los vidrios
se rompen las estructuras
cambian los paradigmas
se maldicen los principios
se olvidan los comienzos
se desean los finales

La ráfaga de violencia
inunda el corazón
poco es nada y cualquier búsqueda es infructuosa
sólo se quiere gritar
tomar fuerzas mientras se cae
y no permitir que la derrota
aniquile el poco ser que queda

Para qué la coherencia
si al final sólo sirve para
vanagloriarse a uno mismo
y nunca será reconocida por
el traicionero destino.

La derrota no será el final
tomaré lo que me fue prometido
lo mío

martes, junio 07, 2005

Inyección - Cuento

Por fin estoy aquí, después de meses, días, horas y minutos de agonía, me encuentro acostado en esta fría camilla, en esta fría habitación. Paredes planas y grises, un crucifijo que mira hacia el suelo tal vez sintiendo pena por mí y también por él. Luego de meses de investigación no logró demostrarse ni mi inocencia, ni mi culpabilidad, pero en este país es más fácil presumir culpables que inocentes. Me encuentro con el corazón lacerado por la injusticia, de rabia, mi espíritu lleno de oraciones al vacío reclamando que la verdad triunfe. Lo único que hice fue estar donde no debía; no seré el primero ni el último al que le pase eso, sólo que a mí ese error me costó la pena de muerte y el dejar mi vida a la mitad, mis sueños y metas.

Luego de confesarme y renegar con el sacerdote por esta vida que me tocó, me encuentro aquí, de frente al destino, como siempre lo he asumido. Han conectado el suero, y dentro de poco me aplicarán dos químicos, uno que me dormirá y otro que terminará con mi vida destrozando mi sistema nervioso y provocando un paro cardiaco que acabará con 35 años de feliz existencia y 10 de una lucha contra la injusticia.

Han pronunciado la sentencia: “El Estado luego de examinar las pruebas, de un juicio justo y declararlo culpable del asesinato de la señora Luisa Cardona, la cual fue hallada brutalmente golpeada hasta morir, lo condena a la pena de muerte por inyección letal, la cual será ejecutada hoy 20 de marzo de 2003”, han abierto el bypass para el sedante; me vienen pensamientos en el orden más inesperado es cierto, es cierto que la vida pasa ante nuestros ojos pero en el orden que el cerebro las siente, las recuerda o que el corazón las marca. La niñez, el beso de mamá, la vez que escupí desde el balcón y le cayó a una señora, cuando conocí a mi esposa, cuando termine la escuela, la confesión en la que dije que había tenido una experiencia sexual con una amiga de mi hermana. Comienza el sedante a penetrar en mi sangre y se empiezan a dormir mis pies, ya no siento las correas que atan mis manos y pies. El beso de aquella mujer que me consoló cuando mi esposa me abandonó, cuando aprendí a leer; Dios, las oraciones, el día rojo, la pradera azul, la vez que soñé que moría y todo era negro, la posibilidad de verme frente a la nada o al creador y verlos tan hermanos y tan distantes, el accidente, subirme al bus, besar los labios, Neo, el esquema anterior, la brújula, el puente. Ya casi ni me siento, ya no sé qué va a pasar, quiero ser dueño de mí mismo hasta el último momento. La vez que encontré a Luisa con su nuevo esposo en nuestra antigua cama, la ira, la rabia, la sangre y… recuerdo que la maté, por fin lo recuerdo, la brisa, el mar, la oscuridad, el día, la noche, la sangre, mi llanto, la muerte, la verdad, mi mentira, el fin, el comienzo, sus ojos, me duele el alma, el comienzo, la muerte, la muerte.