jueves, febrero 22, 2007

Un respiro

Acaríciame esta noche
aprisióname entre tus brazos
rodéame con tus piernas
y cubre mi piel de besos

Notificarme de mi existencia
sácame del tedio de tantos taxis, papeles y llamadas a celular
rescátame de esta rutina, de esta nausea
de pasos repetidos y pensamientos iguales
de mañanas iguales y noches sin amor

Quítate la ropa mi dulce y tierna amante
quítate la tuya, mas no busques mi pasión
sumérgete en la bañera y permite que luego me recueste en ti
[silencio, solo silencio]

Toma la esponja
suavízala con jabón
muevela lentamente entre mis hombros y mi pecho
regálame uno que otro beso en mi cuello
y con tus manos tiernas aprieta fuerte de vez en cuando mi corazón

Déjame sentir tus senos masajeando mi espalda
entrelazame con tus piernas y en el silencio
escuchemos el agua que viene y va
que cae y se sumerge
que me comunica tu tierno calor

Cubre mi piel de besos
y esta noche suaviza mi vida con tu amor
hoy me ocultaré entre tu cuerpo
solo ámame, luego veremos si permitimos
que entre los cuerpos funcione la atracción

Solo sácame de este tedio
de estos dias de fantasma
de rutina y sin pasión
abraza a mi corazón enfermo
de tantas luchas y esperanzas que no llegan
de tantas promesas que el pasado me quito

Acaríciame esta noche
lléname de amor la bañera
cántame canciones lindas,
que recuerden los tiempos sin dolor
hoy me refugiare en ti
cansado de luchar tantas guerras
hoy me refugiare en ti
para volver de nuevo al sinsentido
al desamor

viernes, febrero 02, 2007

La última vez que subí los escalones

Subí los últimos escalones, encontré la puerta entre abierta, la luz de la Luna alcanzaba a llegar hasta donde me encontraba,
empujé, detallé cada pedazo de arte que lograba apreciar de la habitación, caminé hacia ella, el viento de verano mecía las cortinas raídas por los años, ella en su cama dormía, el tiempo no había querido tocarla, le guardaba respeto a su piel canela y a la calidez de su corazón.

Me acerqué, me arrodillé y tomé su mano conservada caliente por el hechizo, detallé como la Luna rendía tributo al amor que brotaba de mi corazón, tome aire, acerqué mis labios, la bese con todo cuanto uno puede dar para despertar a alguien del maleficio de las guerras pasadas y de los insultos dichos, de las injurias realizadas, de los conflictos no solucionados, la besé con todo el amor que un hombre que ama y que se arrepiente por no haber sabido amar ni escuchar, la besé con mi alma, y ella, ella tomó aire, suspiró y cambió de posición en su cama por toda la eternidad.