jueves, septiembre 19, 2013

Cuento: un recuerdo importante

Me había sentado en el parque a mirar el atardecer, la brisa y el recuerdo me atormentaba, enumeraba cada cosa que había hecho desde las últimas cuatro horas: caminar, sonreirle a la anciana, criticar la motocicleta que hacia estruendo al pasar a mi lado y llegar al fin a este lugar.

Me era cordial el lugar, me daba paz, las hojas se saludaban entre sí simulando aplausos y las palomas en ondas caían y se elevaban en el cielo para al fin reposar cerca de donde me encontraba, el murmullo de padres y niños llenaba el lugar con la cálida luz de las cinco de la tarde.

Con mis manos me palpaba y mi percepción de ser me inundaba, me sentí un par de ojos inspeccionándolo todo, acompañados de una respiración serena y un murmullo interior que se adhería como comentario de libro barato, sé que había en mi mente un pensamiento recurrente que me ligaba con lo que creía que era mi pasado, esforzaba recordar algo que sabía algo importante, cerré los párpados buscando mirar hacia adentro, trataba de atraparlo, mientras tatraba de atraparlo con las neuronas que no estaban ocupadas en mantenerme vivo,  mis labios intentaban expulsarlo, mas nunca pude (por mas que me relajara o esforzara) atrapar al pensamiento que me hacía recordar quien era yo

viernes, julio 12, 2013

Dos pensamientos / Dos conclusiones


- Suena repetitivo, pero hay que repetirlo el "único responsable de acercarte o alejarte de tus metas eres tu mismo"



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El Espíritu y la sed del mismo

No darle de comer al espíritu es morir en vida, 
he muerto muchas veces, 
confieso por temporadas han habido inaniciones
pero en un ultimo palpitar reclama 
y vuelvo a empezar a escribir, a crear, a luchar 

¿por qué?
por aquella sed que demanda mi ser 
que me empuja a no desear el final 
sino a llegar mas allá de mis fronteras actuales




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domingo, abril 28, 2013

Sobre la felicidad

Aunque otros lo habían dicho, yo también quiero hacerlo.

La vida no se trata de llegar a lugares, o llegar a momentos, de comprar o compartir cosas, ni siquiera se trata de la tonta idea de querer llegar a estar viejo.

Sentimos que somos los mismos aunque los años pasen, y la verdad la diferencia entre uno y otro son tal vez los achaques que lo acompañen.

Pero es lo mismo, nos mantienen vivos los retos, las dificultades y las esperanzas.

Lo que he aprendido entonces no es esperar a llegar a lugares, metas y sueños para ser feliz

ES SER FELIZ EN EL CAMINO

LA VIDA ES CAMINO Y LA FELICIDAD TAMBIÉN ES CAMINO

Felicidad, alegría, frustración, o  tristeza son accidentes con los elegimos convivir momentáneamente o hacerlos nuestro estilo de vivir.

Mi estilo es ser Feliz y disfrutar este camino hasta que lo termine de andar.


He dicho!!!!

martes, marzo 19, 2013

No estoy en celo

No amor,
esta noche no estoy en celo
ni te deseo a montones,
ni si siquiera en cantidades industriales,
ni en cantidades cientos de barcos  mercantes que estelan los océanos

Estas como siempre:
bella, atractiva, voluptuosa,
de piernas largas, pasos contundentes
labios carnosos y ojos llenos de cielo

mas quiero sentirte
verte respirar
disfrutar la quietud que ronda tu cuerpo

descansar en un abrazo desnudo
sintiendo la rara quietud de tus senos inquietos
bordeando con mis yemas tu piel
besando y callando en nuestro cuarto
acostumbrado a nuestro incansable deseo

sosegarme,
frenar la prisa
dejar atrás el día,  las pantallas,
las palabras, los dispositivos
guardar silencio

no contarte el detalle nada
no enumerar los hechos
besar tu espalda
y agarrar con mi mano tu seno izquierdo

solo tus muslos fríos
apaciguando el fuego de mi cuerpo
solo tus nalgas
estrechándose a mi sexo sereno

no estoy en celo,
no amada mía, de entrega profunda y corazón sin secretos
solo estoy amando el espacio que hay entre un día y otro
el descanso que me da sentir que eres toda mía y soy todo tuyo
y que tus ojos son el descanso de un día de tedio.

martes, enero 22, 2013

En blanco y negro

En una foto con grises
de viento conversador
se debatían pasado y presente
uno cabellos cortos punzantes
un hoy con sabor a pasado
en un pasado escondido tras el hoy

Un lente que a tonos pálidos, develo la verdad.

Somos los mismos
las mismos rostros y gestos de nuestros padres
las mismas miradas inquietantes
que venimos a burlarnos de la vida y a dejarnos burlar
la misma sensación de futuro incierto va siendo borrada poco a poco por las horas a bordo
del esferoide

Pasado y presente, tiempo escondido en el mismo instante
superpuesto, peleando por ser un momento referenciado y citado por otros


Mas, somos los mismos
las mismos rostros y gestos de nuestros padres


Cuento: Qohélet

"Somos los mismos envueltos 
en novedad" -Este mundo va -
Bosé, Miguel.



Era como siempre el comenzar del día agitado, los semáforos intercambiando sus colores, los mendigos madrugando a tomar sus puestos para atrapar las monedas que se deciden suicidar de las manos de sus amos, los carros a pasar agitados para esconderse pronto en otros parqueaderos que ansiosos les esperan, las personas recién bañadas, ensimismadas, ocultas en sus lociones y razonamientos internos; el espectáculo se repetía y todos ellos pasaban a mi lado mientras con la voz en cuello anunciaba que vendía tiempo. Mis otros competidores ubicados a 13 metros aproximadamente de mí, vendían a todo operador a $200 pesos el minuto (tal y como lo indicaba el peto colgado); las personas llegaban, hacían sus tratos, acordaban las citas, realizaban sus chantajes y luego los minutos consumidos eran cobrados por mis colegas con la típica multiplicación que a duras penas le ayudaba la calculadora del celular de números desgastados.

Un día, luego de repensar mi negocio (el cual me producía algo más que para el diario) y querer diferenciarme de mis allegados de 13 metros, decidí cambiar mi estrategia y comenzar a vender tiempo. El tiempo era más valioso que los minutos (era fácil concluirlo) y le puse un valor simbólico de $1300 pesos, tal vez haciendo honor a la distancia aproximada entre mis clientes y yo, pero igual  ese precio era poco para algo que ya casi nadie tenía. Gritaba: ¡Tiempoooo! ¡ Tiempo a mil trescientoooos! ¡tiempo con el marido!¡tiempo con la señora!¡tiempo para gritar!¡tiempo con el amante!¡tiempo para sumar!¡Tiempoooo!¡instantes que no se esfuman!¡Tiempoooo!.

Mi plan había funcionado, era el más exitoso en esa esquina de centro de Medellín, y entre más días pasaban, más frases de tiempo se aumentaban a mis consignas, tiempo para seducir, tiempo para sumar, tiempo para restar, tiempo para comprar, tiempo para vender, tiempo para saludarse, tiempo para despedirse, tiempo para enfrentar, tiempo para huir, tiempo para todo, tiempo para nada, tiempo para nacer, tiempo para m... Las frases iban cambiando, mutando una tras otra, las atrapaba de conversaciones de mis clientes, las copiaba, organizaba y entretejía, de jugar con papelitos marcados verbos y objetos, las buscaba en el radio y los pocos minutos de televisión que tenía al día; buscaba nuevas y atractivas acomodaciones, frases cortas, largas, rebuscadas y sencillas, todo era un vocabulario rico que emergía animado por las sonrisas de quienes me compraban mi tiempo.

Fueron muchos días, los que escuche y copie las versiones y perversiones del  tiempo, encontré con que mis frases de tiempo ya sumaban varios cuadernos - y estas me gastaban y me consumían, mas pervivían en mí y mis clientes- y volví a comprender que a tantos afanes que: "todo esto también es vanidad y querer atrapar el viento".