jueves, enero 13, 2005

Abandono

Recuerdo tu piel
suave y cálida,
joven y fresca
llena de rincones por descubrir
de caricias por regalar.

Recuerdo tu boca
de besos intensos,
hogar de manjares
y puerta donde comenzaba a beber de tu alma.

Recuerdo como tus formas
voluptuosas y palpitantes
antojaban mis ojos,
tremulaban mis manos
y mi sangre hacían desbordar;
coger tus senos parecía arrancar la fruta prohibida,
me colmaban de deseo, de suspenso;
recorrer tu espalda era comprar el seguro
de ir a morir en el precipicio de tus caderas,
era saber que nunca te iba a olvidar.

Recuerdo tu sexo
presentido en el olor de tu cuello,
vibrante desde la primera caricia
carnoso, húmedo y perfecto
delicioso y abismal,
silencioso, estrecho y generoso.

Tu ser en mi memoria sigue vivo
continuan habitando tus miradas y gestos de cuando eras mía;
y te guardaré allí perfecta,
sin error y sin tacha,
sin falla, ni mácula alguna...
pero desde que tu corazón dejó de habitar en ese cuerpo
que se logró convertir en mi adoración
y templo de mi secreto culto,
habita en mí sólo el deseo de lo bello...
pero la pasion a ti me abandonó.

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