domingo, agosto 22, 2010

Cuento - Sobre la sombra

Poco después de que se descubriera como extraer información de la sombra que acompañaba a los criminales ( y de cualquier persona), pudiendo analizarla y obtener datos claves y contundentes sobre los hechos que acompañaron un evento o en últimas un crimen, quedando en ella absorbida los fragmentos de luz y la alteración del sonido sobre un entorno de 10 metros cuadrados, se emprendió de parte de muchos frentes y fuentes una investigación de grandes esfuerzos para lograr suprimirla y así evitar la sensación de doble moral que acompañaba a los habitantes de las ciudades, los campos y la sociedad en general.


Si reflexionáramos un poco, nos daríamos cuenta que los únicos honestos consigo mismos son los que son decididamente inclinados mal, pero los otros, los buenos, los casi buenos y los más peligrosos los malos que parecían ser buenos, habían visto en este nuevo invento un peligro a eliminar, pronto comenzaron a caer políticos, actrices, actores, religiosos, budistas, líderes espirituales, en fin, cual quiera con captar la sombra de alguien y correrla por un software de fácil descarga y poco momento, lograba averiguar todo lo sucedido con esa persona en su vida hasta ese momento.


Las cárceles estaban demasiado llenas, no había quien trabajara, pues a muchos, cientos se les otorgó la casa por cárcel, a los corruptos, a los que en algún momento se distraían en su trabajo y se ponían a hacer otras labores, a los adúlteros y adulteras, familias enteras destruidas, imágenes de todos desnudos fueron publicadas. Pronto todos comenzaron a reconocer el germen del mal en sí mismos y los demás, y solo los que eran verdaderamente malos eran portadores orgullosos de su sombra, de resto, para todos se convirtió en su acusadora principal y en un peso difícil de llevar.

Las legislación se volvió mucho más minuciosa, todo acto contra la moral y el “deber ser” fue tipificado, se buscaron en los libros de todas las grandes religiones la definición del bien, y en los medios audiovisuales, en los restos que quedaban de lo que era la televisión, solo se emitían programas de chismes donde se exponían en público las bajezas sucedidas en un momento de falta de altura.


Todos sabíamos todo de todos, pasado, acciones, intimidades; los líderes espirituales dejaron de serlo -  pues todos tenían su pecado - , y la esperanza sobre el ser humano y su deseo del bien fue perdiéndose por un concepto de inclinación definitiva al mal, solo aquellos lugares espirituales donde se había avanzado en temas sobre la misericordia sobre la miseria humana eran tolerables para la existencia, pero lo cierto, la desesperanza fue la reina por los próximos 10 años, mientras encontrábamos una cura a esta locura de saberlo todo de todos y de estar desnudo ante la mirada de cualquier transeunte.


Se había encontrado que en  lugares con demasiada luz la sombra era silenciada y en la completa oscuridad perdía su capacidad de recordar y se fundía en la sensación del lugar.


Era hermoso (lo único bello por esos tiempos) escanear la sombra y luego llevarla a un momento de total oscuridad, y ver la sensación de universalidad que teníamos todos cuando estábamos fuera de la luz, como todos teníamos en común ese silencio, esa paz que inspiraba tanto a sepulcro, como a noche de estrellas pero sin Luna, era una poesía leer las sombras de todos en la oscuridad, pues allí todos sonábamos igual y a través de ella todos recordábamos lo mismo, la ausencia de luz y el ocultarnos de la verdad.


Por fin se logró la cura, la sombra había llegado a su fin, un esfuerzo aunado de varios científicos lograron suprimirla, al principió fue usado solo por los ricos, personalidades y políticos, luego fue uso general de todos y así murió el fiel testigo que luego le contaría todo a su Creador después de la muerte, pero en las noches oscuras, de estrellas y Luna nueva, apago mi dispositivo, activo mi sombra y luego la escucho contarme lo grande y oscuro del universo y que no es bueno conocer siempre de todos, aun ni de si mismo toda la verdad.

2 comentarios:

Liz dijo...

Muchos mensajes en este cuento, realmente muy profundo.Me quedo con una frase "Se había encontrado que en lugares con demasiada luz la sombra era silenciada ".Me gustó.Liz

Armando dijo...

En el impactante relato que nos has ofrecido, palpas de una manera muy singular la falta de cordura con que, a veces, está revestido el ser humano.
Si bien es cierto que poseemos muchas sombras, no es menos cierto que si lo deseamos, en nuestra libertad, podemos alcanzar la claridad.
El ser humano es muy complejo y tan único que no hay dos iguales.
Vivimos unos tiempos muy extraños y hay que ser muy despistado para no vislubrar, y yo diría vivir, los signos de los tiempos.
No quiero cansarte más.
Añadir, que al igual que el estiércol es muy necesario para fortalecer una planta, y en esa fortaleza broten hermosas flores, al ser humano le hacen falta sus sombras, sus miserias, para que renazcan sus virtudes.
Un abrazo y gracias por tan magnífico relato.