lunes, marzo 16, 2009

De cómo el gran porcentaje de las preguntas se quedaron sin respuesta

Estaba el tiempo sentado mirando el horizonte de los hechos, algo cansado de por sí, se agolparon todas las preguntas a su alrededor (habían recorrido un largo camino para llegar a donde él). Todas lo miraban fijamente, unas con ansiedad, otras con paciencia, otras con displicencia, con desdén, odio, ira, amor, con conocimiento y con desconocimiento; con muchos, muchos gestos y sentimientos, pero ninguna dejaba de mirarlo. Y el tiempo en un ataque de impaciencia, llamó a su secretario, le susurro una orden a su oído y este con cara de preocupación, dijo en voz alta y autoritaria: “a partir de este momento el tiempo dejará de dar respuestas”.

No hay comentarios.: