miércoles, noviembre 26, 2008

El lector

A las 5 de la tarde como de costumbre ingresé a ver cuales eran las últimas noticias publicadas, era un vicio, por lo general hacía esto 15 veces al día, tenía en mi navegador web programado las diferentes noticias que me gustaba leer: el periódico local, el nacional, el periódico económico, el de computación, las nuevas féminas y nada más, suficiente para no estar concentrado en mi trabajo como diseñador de páginas web.

La información me invadía y recorría mis venas, quería saberlo todo, enlazarlo todo, poner palabras claves para encontrar todo más fácil, indexar archivos, calificar apreciaciones; era un consumidor de palabras, de ideas y de tiempo.

Ese día tenía dos motivaciones y morbo adicional, una era que me me había llegado un rumor de que el virus ByteDeath, se había apoderado del segundo megabuscador, y que toda su base de conocimiento e información había sido borrada, el hecho en sí no tenia precedente alguno. Entré a los periódicos locales, a los blogs, a la actualidad digital y decretaban al virus como el principio del fin de la era de la información. Esta vez el HOAX de que un virus peligrosísimo rondaba la red, que si llegaba un mensaje con ciertos encabezados o características, o si te enviaban un adjunto o foto con cierta información, allí se encontraba escondido algo letal, era cierto.

Seguía leyendo y se exponía que el virus lograba infectar a nivel binario todos los sistemas dejándolos inútiles, borrando y truncando toda la información y su modo de procesamiento. Se informaba además, que la fuente de propagación era el video y el mp3 de la posesión estrafalaria del primer presidente homosexual de la megapotencia en turno - este se había difundido en cuestión de minutos a nivel mundial - se aclaraba adicionalmente que para el virus no había cura, su rapidez de infección era exponencial y se recomendaba desconec...

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